“Dar cera, pulir cera”. Madre mía, lo que llegó a calar el señor Miyagi de las narices entre la juventud ochentera. Situémonos: En el momento de estrenarse esta peli, a todos los chavalines les molaban las artes marciales, claro que sí. Quien más quien menos, todo el mundo había visto alguna peli del maestro Lee o de Chuck Norris, pero aunque nos alucinaran aquellas orgías de posturitas, desafíos y destrucción, no acabábamos de identificarnos del todo con los protagonistas de las mismas, por el simple hecho de que todos eran hombres adultos que hacían cosas de adultos.
Y llegó “Karate Kid”.
Si es que los años no perdonan, amiguitas
Como muy bien decían en “El Jueves”, cuenta la historia de un mindundi que llega a triunfar, y todos querrán ser como él. Si el mindundi en cuestión es un adolescente quinceañero, y encima triunfa en el semi-desconocido (en aquel momento) mundo de las artes marciales, tienes todas las papeletas para que hordas de chiquillos invadan los cines de medio mundo.
"Daniel-San, yo enseñarte técnica milenaria de relajación. Al principio, parecer que lo que yo hacerte no servir de nada, pero luego descubrirás que..."
"No insista, abuelo. Que de la última vez, no pude sentarme en un mes"
Y así fue, efectivamente. De la noche a la mañana, la historia de Daniel-San y el señor Miyagi había penetrado hasta tal punto en las mentes de los jovenzuelos que en el cole todos íbamos flipados intentando “El golpe de la Grulla” (¿Cuantas visitas a los hospitales hubo en aquella época por hacer el mongolo? Ni se sabe.) En mi caso, recuerdo que por aquella época hacía TaeKwonDo (obligado por mis padres, no creáis), y me interesaba más el desarrollo de los combates del campeonato final de Karate que la historia de Daniel Larusso en sí.
Observen la diferencia de posturas: La de Johnny, poderosa. Agresiva. La de Daniel, ejem....Ridícula, ¿no? Pues observen el siguiente video y verán el TOLLINO que le mete en toda la tocha al pobre Johnny.
En fin, la película se estrenó, a los chicos malos del Cobra Kai les bajaron los humos a base de tollinas, y el señor Miyagi demostró al mundo entero que cuidando Bonsais un hombre puede llegar a partirle la tocha a otro y encima sentirse uno con el universo.
También habría que preguntarse si el boom que tuvieron los gimnasios de artes marciales a mediados de los ochenta no se debería MUY en parte a esta película. Me juego el testículo derecho a que sí. Cómo somos, madre mía.
Os propongo un pequeño juego: ¿Qué se obtiene de mezclar La guerra de las galaxias, Los siete magníficos, El Señor de los anillos y las pelis de piratas de Errol Flynn? La respuesta es una y única: ¡¡¡ KRULL ¡!!
Esta peli salió al rebufo de star wars, y pasó automáticamente a ser carne de videoclub. La trama era tal que así: El planeta Krull es atacado por unos seres venidos del espacio exterior, conocidos como “Los asesinos”, y liderados por un monstruo terrible llamado “La bestia”. Hagamos un minuto de silencio por el genio que se inventó los nombres para esta película..... ¿ya? Bien. Resulta que en este planeta, donde las gentes viven en una especie de edad media fantástica, hay dos grandes naciones que llevan siglos en guerra, pero finalmente la guerra va a acabar con el enlace matrimonial del príncipe Colwyn y la princesa Lyssa, futuros gobernantes de ambos reinos.
El mismo día de la boda, los asesinos toman la fortaleza a golpe de “lanzas láser”, para secuestrar a Lyssa y llevarla ante la bestia que, fíjate tú, se ha encaprichado de la nena y quiere casarse con ella. Por supuesto, el único superviviente a la masacre es el principito Colwyn, que es rescatado por Obi Wa... digo por Ynyr, una especie de “sabio” que le guiará en la búsqueda de la única arma que puede acabar con La Bestia. Una especie de Shuriken de oro con cuchillas que vuela como un boomerang (y que mola muchísimo).
El llamado "Glaive". ¿Molaba o no? Eso si: Manejable cien por cien, oyes
En el camino, el príncipe reclutará a una banda de malhechores, a un mago ridículo, a un niño puñetero y aun cíclope amargado porque sabe el día que va a morir y, con tal “ejército” (ejem...), emprende un viaje plagado de aventuras hasta que al final se carga a la bestia y se casa con la princesa. ¿Como? ¿Que para qué cuento el final? Pero... ¿De verdad esperábais que la bestia se los zampara a todos?
Uno de los protagonistas era un "jovencito" Liam Neeson
Bien, situémonos en las navidades de 1984-85 (no recuerdo bien). La televisión autonómica de Catalunya (TV3), decide emitir la película. Mis padres pensaron que a mí me molaría verla, por lo que pusieron una cinta a grabar para que pudiera verla al volver a casa y luego grabar encima algún partido de fútbol o lo que sea. ¡¡¡JA!!!!
Esta arañita, a parte de estar animada con un Stop Motion de puta madre, pobló mis pesadillas durante años. En la foto no se aprecia el tamaño, pero se podía zampar un caballo de pie.
La susodicha cinta de VHS fue uno de los tesoros que mejor guardé durante mi infancia. Me tragué la puñetera peliculita unas 45 veces, emocionándome y disfrutando como un enano cada vez que la veía. Atormentaba a todos mis amigos explicándoles las maravillas de la cinta que, por supuesto, no había visto ni dios. Con el paso del tiempo, y frustrado porque nadie me entendía, la fui olvidando.
Hasta hace unos cuatro años, cuando un amigo mío me suelta: “Pues yo recuerdo una peli que me gustaba mucho de peque, donde había un cíclope y un príncipe que llevaba una estrella con cuchillas...” y no dijo más, sorprendido de ver a un hombre adulto llorando a sus pies por la emoción al encontrar otro ser humano que la había visto. Por favor..... ¿Existe alguien que conozca esta película? ¿Holaaaaa?
Voy a haceros una confesión sobre mí: siempre me ha gustado el cine de terror, en todas sus facetas. Durante muchos años me entusiasmaba sobretodo el cine Gore en particular, y a tal efecto me he tragado cientos de morrallas por el simple hecho de ver casquería fina. Bien, una vez dicho esto...
Cuando el señor John Carpenter, cineasta que siempre ha ido a su puta bola pasando de los dictámenes de los grandes estudios, decidió estrenar “La Cosa” (remake de “El enigma de otro mundo”), la cagó al escoger la época.
"¿Dices que esto se estrelló hace 10.000 años?"
"Si es que van como locos..."
Por aquel entonces, el público en general estaba interesado en el tema de los Extraterrestres principalmente debido a la archi-famosa E.T. y a la no menos conocida “Encuentros en la tercera fase”. La imagen que se tenía de los visitantes de otros mundos era la de mentes avanzadas que venían a traernos sabiduría o a darnos lecciones sobre el amor y la amistad. Vamos, que sólo faltaba que bajara Tinky-Winkye del espacio. Entonces, llega el señor Carpenter y nos planta en pantalla un bichardo con más mala ostia que M.A. con almorranas y una inteligencia más malvada que la de un promotor inmobiliario Marbellí, en mitad de una ambientación desolada y claustrofóbica, y unas dosis de casquería como no se habían visto jamás en una peli medianamente “comercial”. La gente no estaba preparada para aquello.
"Entonces, cuando adivine dónde narices tiene el culo el bicho ese, cojo los cartuchos y..."
"Esto... yo a ese plan le veo lagunas, Kurt, chato."
La película fue un fracaso en su momento. No la vio ni el tato, y el señorito Carpenter debió aprender la lección porque, lo siguiente que dirigió sobre alienígenas fue la edulcoradísima “Starman”, pero unos pocos vimos aquella maravilla y nos quedamos completamente alucinados.
Por qué los diseñadores de efectos especiales no deben fumar porros en el trabajo, ejemplo nº 23.765
En su momento, y debido a la edad que teníamos los de nuestra generación, lo que nos molaba por supuesto eran las truculentas muertes de los protagonistas en mitad de la Antártida y la macabra idea de que el alienígena pudiera transformarse en cualquier organismo vivo, no sabiendo jamás quién era “bueno” y quién “malo”. Hoy en día, la película tiene legiones de fans que le han sabido dar el reconocimiento que merece esta inquietante cinta, donde se juega con las fobias sociales, el aislamiento y el horror a lo desconocido.
Además, el prota era Kurt Russell, que para mí siempre ha sido el anti-héroe por excelencia.Cuando se estrenó la película basada en la famosa novela, su escritor (Michael Ende) se echó las manos a la cabeza, y la verdad es que razón no le faltaba, ya que la peli sólo mostraba el primer tercio del libro, inventándose un final para poder ser autoconclusiva, pero ese es un tema que a nosotros, a nuestra tierna edad, nos habría importado tres pitos si tan siquiera hubieramos tenido conocimiento de ello.
"La Historia Interminable" es otra de las pelis ochenteras por excelencia "para toda la familia", aunque esta sí que es un puro (maravilloso) cuento para niños. Recuerdo que las aventuras del joven Atreyu me impactaron de tal manera cuando vi la película que no paraba de hablar de ella a todas horas, hasta que mi abuela decidió comprarme la novela, ya que por aquel entonces ya era un devora-libros incansable. Gracias, abuela, por una de las más maravillosas historias que he podido leer.
Para los chavales que realmente flipábamos con la fantasía, nos podíamos pasar horas en clase pensando en Bastian, Atreyu, El ComePiedras, el terrible G'Mork y, sobretodo, Fújur, el dragón de la suerte. ¿A qué chavalín no le habría molado tener un dragón para llegar cada día al cole?
En fin, la peli se estrenó y fue un éxito en su momento, sobretodo por la espectacular puesta en escena, los curradísimos decorados y maquillaje y la sobresaliente banda sonora. Desde entonces, ha pasado a formar parte del imaginario colectivo por los siglos de los siglos. Ha envejecido muy bien, y hoy en día sigue siendo tan disfrutable como antaño.
La Princesa Prometida (The Princess Bride. 1987)
Esta la pongo porque, obviamente, es muy famosa y entra totalmente dentro del concepto de la generación nocilla, pero debo confesaros que yo jamás vi la maravilla que todo el mundo comentaba al ver esta película. De hecho, la he visto UNA vez en mi vida, y me aburrió de tal manera, que jamás la he vuelto a ver, por lo que poco más puedo deciros de ella.
Los años no pasan en balde. No me cansaré de repetirlo.
Eso sí, como a todo el mundo, me encantó lo de “Me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. ¡Prepárate a morir!”.
- "Me llaman Ford Fairlane, el detective rockanrolero, tengo derecho a entrar en los mejores clubs, en los mejores camerinos,....y en las mejores chicas. Reconozco que esto puede parecer una chulada. ¿Y qué hago yo aquí? ¿Por qué me gustaría que la industria de la música y el resto del globo me tocaran la minga dominga? Muy sencillo, yo no lo sabía pero iba a hacerme cargo de la peste negra. Y no es esa enfermedad que mató a millones de personas en el siglo XII, era algo mucho peoooor."
- "Gano al guarro con qué guarro!"
- "Increibleble, ouuuuh!"
- "Soy tan fantástico que tengo mi propio número libre de peaje 1800, perfecto."
- "He oído gatos follando con más oído que este chaval."
- "Hablar con Zuzu era como hacérselo con un rallador de queso, ligeramente divertido pero sobre todo, doloroso."
- "No esta mal, no esta mal, se puede beberciar"
- "Oye, como te vuelva a oír decir un taco te reviento la cabeza, ¿está claro?... ¡Ahora vete a tomar por culo por ahí!"
- "Huevos fritos con jamón, te los comes cuando quieras, pero folla siempre con condón."
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