Bueno, bueno, bueno. Empezamos con un plato fuerte. En aquella época, los críos en nuestro país no éramos conscientes del fenómeno “Manga” o “Anime”. Cierto, todos habíamos flipado con Mazinger, llorado con Heidi o Marco y ALUCINADO con Campeones, Dragon Ball, Fly o Los caballeros del Zodíaco, pero aunque había un vago conocimiento del tema japo, para nosotros no eran más que dibujos animados, no distinguíamos entre esto y Tom y Jerry, para que nos entendamos.
Todo cambió con Akira. En mi caso, no fui a verla al cine, sino que un amigo mío muy adelantado a su época consiguió que su padre consiguiera una copia pirata de la peli. Nos reunimos unos cuantos amigos en su casa a ver aquella peli de dibujos animados que NO era de la Disney, y de la cual hablaba todo el mundo. Literalmente, lo flipamos.
La famosa vista aérea
Decir que entendimos el complejo argumento de esta maravilla a esa edad sería aberrante. Lo que más nos sorprendió, por supuesto, fueron la violencia y las frases subidas de tono en una peli de dibujos animados. A partir de ahí, la explosión anime en nuestro país nos acompañó hasta hoy en día. Pelis como “El puño de la estrella del Norte”, “Ninja Scroll”, “Devil Man” o “UrotsuKidoji” hacían que nuestras hormonas adolescentes hirvieran de adrenalina, mientras les colábamos el gol a nuestros padres de que “son pelis de dibujos animados”. (Para cuando los padres se olieron la tostada, ya era tarde. Jejeje). Por supuesto, hoy en día ya adultos podemos disfrutar de esta obra maestra en toda su complejidad, aunque seguro que seguimos sin captar ni la mitad de las sutilezas que el mundo de Akira nos muestra en pantalla.
Todavía sigo flipando con la calidad de la animación
Una de las primeras pelis con las que se nos puso el culín prieto-prieto. En mi casa había la costumbre de que cuando une peli era de terror, mis padres la veían primero y luego nos la dejaban ver a nosotros... ¡saltándose las partes que consideraban poco apropiadas! Por este motivo, la primera vez que ví Alien me perdí la escena cumbre de la peli (el bichín reventando la caja torácica de Kane) entre otras muchas escenas. Eso me fastidiaba bastante, porque en el cole tooodos mis amigos comentaban entusiasmados la escena que yo me había perdido.
Al final, por supuesto, pude verla a escondidas y desde entonces AMÉ esta saga (junto con millones de personas en todo el mundo) y la teniente Ripley pasó a formar parte de uno de los mitos (sexuales) de mi infancia.
Recuerdo también que muchos de mis amigos decían que la peli no daba tanto miedo, que no había para tanto, pero supongo que se harían los machitos porque la maldita bestia parda era tan bizarra que seguro que ha acompañado las pesadillas de muucha gente de nuestra generación.
Yo personalmente lo pasaba fatal en la escena en que Dallas iba por los túneles de ventilación mientras los demás iban siguiendo el rastro del Alien por el ordenador. Gracias, señor Scott por crear una de las ambientaciones más claustrofóbicas de la historia del cine.
Ya sé que esta imagen es de la segunda parte, pero ¡tenía que ponerla!
"En el espacio, nadie puede oír tus gritos". Mira que acojonaba, la frasecita de marras.
Pocos chavalines de nuestra generación vieron esta (maravillosa) película. Hasta que no la revisé ya más de mayor, no recordaba prácticamente nada de ella, pero resulta que dos escenitas de la misma me hicieron pasar más de una pesadilla hasta bien entrada la adolescencia: la imagen de sallieri con la garganta cortada y la primera vez que Amadeus se reencuentra con su padre disfrazado con la capa de las “dos caras”. No tengo ni idea de por qué me impresionaron tantísimo esas escenas, pero para mí fueron un impacto.
Poco más hay que comentar de esta obra maestra, ya que nos estamos centrando en las vivencias de cuando éramos chavalillos, y en esa época estábamos más por otro tipo de pelis.
Arma Letal (Lethal Weapon. 1987)
Otra de las míticas. La chavalería de la época adorábamos a esta peli. Y no era porque los protagonistas tuvieran química, el argumento fuera divertido o tuviera altas dosis de acción, sino porque el prota Martin Riggs estaba como una regadera. Hacía lo que le daba la real gana, tomándose la justicia por su mano y sin preocuparle que de sus locuras pudieran salir heridos civiles inocentes.
Por supuesto, a los chicos aquello nos ponía a mil. (Creo que el nombre científico de este estado mental es “Síndrome Charlus Bronsun” o “Niñatus hormonadus estupidus”). Mítica es la escena en que el pavo, para convencer a un suicida que baje del tejado donde se había subido, le ata unas esposas a la muñeca y se tira del edificio arrastrando al pobre infeliz. Al menos, era la escena más comentada en el patio del cole. Al final, la saga fue degenerando hasta la flipada aquella con Jet Li que me niego a comentar.
Además, salía una chica en tetas al principio, y aquello a esas edades se agradecía enormemente. (Ahora también).
Lo confieso: cuando vi esta peli no tenía ni idea de quién era Tim Burton o Danny Elfman. Hoy en día lamería las suelas de sus zapatos con gusto, pero eso es otro tema. Para nosotros fue la primera adaptación al cine de un cómic. (Ya sé que existían otras como la de los cuatro fantásticos, pero eran tan infumables que no las considero “cine”, y de las series como el Increíble Hulk hablaré otro día).
La verdad es que en esta peli sí que coincidimos niños y adultos: Jack Nicholson era el alma de la película. El Jocker molaba porque estaba completamente desquiciado, tenía unas frases geniales y se cargaba el avión de Batman con un pistolón de metro ochenta. A su lado, Batman era un sosainas con cara de palo que merecía haber caído de la catedral de Gotham city, en lugar del villano.
Con ustedes, uno de los mayores psicópatas de la historia del cine
Recuerdo que esta también la ví pirata, en video (con una calidad fulera), pero me flipó tanto que inmediatamente llamé a todos mis amigos para que pudiéramos ver juntos aquella maravilla. (Que los padres te llevaran al cine en aquella época era todo un acontecimiento. En mi casa nos arreglábamos para ir al cine, fíjate tu. Hoy en día, dados los precios, deberíamos ir de Smoking).
Haz clic en la imagen para entender el concepto "evolución"
En fin, lo que más recuerdo de la influencia de Batman fue la cantidad exagerada de Merchandising que salió. Helados, camisetas,muñequitos, todos teníamos algo con el logotipo del murciélago. En clase de Sociales yo pintaba mi libro con el logotipo para no morir de aburrimiento.
Blade Runner (Blade Runner. 1982)
Otra que me pasó como con Amadeus. Sí, la vi en su momento. Sí, hoy en día me parece una obra maestra del copón. Sí, la ví en su momento porque salía Indiana Jones....
Sí, en su momento me pareció un COÑAZO. ¡No me miréis así! La ví muy jovencito, y los pocos amigos que la habían visto opinaban lo mismo que yo. (Es increíble cómo influye la opinión de los demás en el propio criterio). Es una película que para un crío tiene un ritmo lento, la trama es densa y compleja, llena de sutilezas que a esas edades no puedes ni imaginarte. Y encima Harrison sólo pegaba cuatro tiros en toda la peli, y los coches voladores no tiraban rayos, así que...
Hoy en día nos damos de bofetones por conseguir una de las limitadísimas ediciones de lujo-coleccionismo (las de la maletita), y bien que se lo merece, pero esta es sin duda una de esas pelis que dudo que muchos de nosotros disfrutáramos en el momento de su estreno.
Una de las mejores escenas de la historia del cine
Cocodrilo Dundee (Crocodile Dundee. 1986)
¿Por qué? ¿Por qué las aventurillas de un flipado que se dedicaba a cazar cocodrilos en las selvas Australianas se convirtió en un mito para los de nuestra generación? ¿Falta de riego sanguineo? ¿Influencia de Tarzán?
No lo se, pero el hecho es que la chavalería flipábamos con las aventuras del señor Mike Dundee, sobretodo cuando se traslada a Nueva York y tiene que enfrentarse a la “jungla” de asfalto. La verdad es que la peli era divertidilla, pero ni mucho menos para justificar el gigantesco exitazo que tuvo en todo el mundo. A destacar la mítica escena en que un punki intenta atracarlo a punta de navaja. “Tiene un cuchillo”. “¿Eso? Eso no es un cuchillo... ¡Esto es un cuchillo!”, mientras se saca del bolsillo un piaso machete para cortar palmeras.
En fin, el mismo tipo de peli que ya hacía Paco Martinez Soria (un gañán que se baja a la capital), pero a lo “Americano”, que nos molaba mucho más, donde vas a comparar.
Conan el Bárbaro (Conan the Barbarian. 1982)
Atención, frikis que llegamos a una de las gordas.
Los de nuestra generación flipábamos con Conan principalmente por los cómics de la Marvel (quien diga que en los ochenta se había leído alguna de las novelas, miente). Tiene lógica ¿no? Un bárbaro venido de las heladas estepas Cimmerianas, con una moral relajada y capaz de enfrentarse él solito a ejércitos, demonios y brujos armado con una descomunal espada bastarda a dos manos (+2 contra borrachos). Un personaje tan parecido a nosotros que nos podíamos identificar claramente con él, dado que todos éramos mozalbetes de metro ochenta con músculos en todo el cuerpo. ¿no?
En fin, la película supuso la ascensión de Arnie al Olimpo de los “tíos que molan mucho” para todos nosotros. Lo tenía todo: Luchas a espadas, magia negra, monstruos, ejércitos malvados y un héroe indestructible que sobrevive incluso a una crucifixión. El que haya visto la peli en su época y no haya intentado imitar los movimientos de la espada de Arnold con el mango del mocho de mamá (objeto maldito: +3 al crítico a romper jarrones), es que no ha tenido infancia ni nada.
Otro tema que nos flipaba era la descomunal banda sonora del maestro Basil Poledouris (aunque en ese momento no tuviéramos ni zorra de quién era), pero en las excursiones todos los Walkman de los que éramos más Frikis (dos o tres), llevaban cintas con la banda sonora de la peli. (No, no llevábamos a los New Kids on the Block).
Hoy en día se ha convertido en una peli de culto, merecidamente. Sin ser una película perfecta, sí tiene un nivel de calidad muy superior al de otras producciones similares. La secuela “Conan el Destructor” es una mierda pinchada en un palo y jamás debió existir.
Como curiosidad, de todas las imitaciones italianas que salieron a raíz de Conan, de peque me tragué “Ator el Poderoso” como cincuenta veces. Hace poco la empecé a ver de nuevo, y a los cinco minutos estaba gritando y tirándome del pelo, corriendo por el salón de mi casa. NO LA VEÁIS JAMÁS.
Cortocircuito (Short Circuit. 1986)
Otro de los clásicos ochenteros. Esta la ví con mis amigos en el cine-teatro del pueblo, junto con “La montaña mágica” en sesión doble. Luego, cuando salió en vídeo me la tragué unas cuantas veces más.
La historia del robot número 5 nos molaba porque era una de las primeras aproximaciones del cine al tema de la ciencia ficción y los gobiernos corruptos en clave de comedieta ligera, y porque los robots molaban mil. Todos soñábamos con tener la capacidad de Número cinco de absorver los conocimientos de un libro entero en diez segundos y aprovar la segunda evaluación de Ciencias Naturales sin tener que pasarse las vacaciones de Navidad estudiando. Aquello era lo que más nos molaba. Bueno, y que el robotejo tenía un bazooka al hombro que tiraba rayos, y todo lo que tire rayos mola.
Otro dato curioso: Estaba coladísimo por la actriz protagonista, Ally Sheedy, y me consta que no era el único.
Cristal Oscuro (The Dark Crystal. 1982)
¿A qué niño de los ochenta podía NO gustarle esta película? A mí me encantaba. Para empezar, los protagonistas eran muñecos animados al más puro estilo barrio sésamo, pero con una estética de fantasía medieval. La explosión de imaginación que surgía de ese mundo hacía que flipáramos con las aventuras de los pequeños Gelfin Kira y Jem. Monstruos terroríficos, (a mi me cagaban de miedo los Skekses), animales maravillosos como los zancudos aquellos, una aventura que llevaba al protagonista a recorrer de cabo a rabo el mundo para restaurar el cristal oscuro....
Debo decir que en esta me encontraba solo. A mis amigos no les molaba nada la peli, pero a mí me maravillaba. Hoy en día, el tiempo la ha puesto en el lugar que merece y se considera una película de culto, con legiones de fanáticos detrás de los muñequitos del maestro Henson.
Además, yo iba loco por que se liaran Kira y Jem. ¿estaré enfermo?
Muy buenas caballero, me estreno comentando en tu bloc con este articulo. Felicidades y mucha suerte con él!
ResponderEliminarEn cuanto al artículo en sí, pues de las comentadas me quedo con Akira (supermolón pero no me enteré de un carajo, aunque con lo molón que era me la sudaba), Batman (como flipé con la intro en el cine con mis viejos, cuando antes de abrir las cortinas de la pantalla proyectaron el símbolo de batman) y la más grande de todas para un crío que acabaría convirtiéndose en friki, Conan. Aún sigo poniéndome la BSO para currar hoy día!
¡Bienvenido! Por mi parte, de esta primera lista me quedo SIN DUDAS con Alien. Rarillo que es uno, en fin...
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