viernes, 9 de mayo de 2008

La generación nocilla. El Cine (5)

Los Cazafantasmas (GhostBusters. 1984)


Bien, amiguitas. Vamos a hablar de otra de las vacas sagradas del cine ochentero: El gran Bill Murray.

Este señor creó un arquetipo de personaje que iría repitiendo en las (muchas) pelis que estrenaría a lo largo de la década de los 80: el cinismo sobre dos patas. Efectivamente, todos sus personajes eran tíos más o menos amargados de la vida, inteligentes y muy sarcásticos, capaces de responder en dos microsegundos cualquier cosa que les pareciera una chorrada con una réplica tan aguda que te dejaba con los calconcillos bajados. Por si fuera poco, este tipo de personajes siempre los aplicaba a comedias con ciertos toques fantásticos, por lo que la combinación produjo algunas de las mejores comedias de la historia del cine.

Los SuperHeroes en los ochenta eran igualicos a los tíos hiper-musculados de los noventa

Que me vengan ahora a la memoria, podemos citar pelis como "Los fantasmas atacan al jefe", "Atrapado en el tiempo", "El pelotón chiflado", "Los incorregibles Albóndigas" y por supuesto, "Los Cazafantasmas".

Para rodar "Los Cazafantasmas" se juntó además con otros tres pesos pesados de la comedia de los 80: Harold Ramis (el que hacía de Egon, y responsable de los guiones de muchas de estas pelis), Dan Aykroyd (Ray) y el gran Rick Moranis. Y para acabar de redondearlo, ¡¡Salía Sigourney Weaver!!!


Todo crío de nuestra generación habría querido uno de mascota

Obviamente, todo esto lo apreciabas de más mayor, porque cuando era peque, lo que me flipaba lógicamente era la fantasía de la peli. Unos tíos que llevan cañones de rayos con los cuales atrapan fantasmas ectoplásmicos y se enfrentan a un dios Sumerio rodeado de monstruos animados con stop motion era demasiado bueno para ser real. Pero lo fue, y los chavalines de los ochenta ADORAMOS esta película.


El muñequito de los MarshMallows. Efectivamente, a los guionistas se les fue la pinza

Como dato curioso, esta fue la primera peli que fui a ver solo (me refiero a con amigos, sin los padres) al cine. Otro motivo más para adorarla en mis altares personales. Con el paso de los años la peli no ha perdido ni un ápice de frescura, en parte porque los efectos especiales eran tan buenos que aún hoy aguantan bastante bien, pero sobretodo por el personaje del doctor Peter Venkman, cuya mordacidad sigue teniendo la misma mala baba buenrollista del primer día.



"¿Deseas poseerme?"
"Lo siento, tengo por costumbre no poseer a personas poseídas"
Si es que el dr. Venkman era tonto del culo.


Los Goonies (The Goonies. 1985)

¿Qué podemos decir de esta película? Pues que, por ejemplo, cada vez que hablo con algún friki sobre el cine de los 80, en el setenta por ciento de las ocasiones (dato inventado), "Los Goonies" es la primera palabra que se pronuncia. El año 85 fue muy grande para los chavalines amantes del cine de fantasía y aventuras de la época. Podríamos decir que fue la quintaesencia del cine nocilla, dándonos grandes pelis como "Regreso al Futuro" o la que nos ocupa.


En mi caso, cuando era peque me encantaba pasearme por los videoclubs tan sólo para ver las portadas de las películas, como a tantos otros de mi generación. El maravilloso dibujo de la carátula de los Goonies me llamó la atención de inmediato y me arrastré a los pies de mis padres para que alquilaran aquella peliculilla de aventuras juveniles que tan buena pinta tenía. El resto, es historia. Desde aquel momento hasta ahora he visto "Los Goonies" al menos una vez al año sin falta.

De peque, quería ser como él. Más que nada por lo de morrearse con chicas de 16 años.

Sobre la peli en sí, poco hay que decir que no conozcáis ya. El gran acierto de la misma fue sin duda que todos y cada uno de los personajes tenían su momentazo a lo largo de la peli, a pesar de que Corey Feldman ("Bocazas") y Jonathan Ke Quan ("Data") ocuparan toda la pantalla en cuanto asomaban las jetas. Los malvados Fratelli eran increíbles, recuerdo que a mí personalmente Anne Ramsey ("Mamma" Fratelli) me daba un miedo terrible, mucho más que el mismísimo Sloth que, esa es otra, todos los niños estábamos encantados con el monstruoso Sloth, esa mezcla de fealdad, burricie y ternura hacen del deforme hermanito Fratelli uno de los mejores personajes de la película.


"Chocolaaateeee". ¿A que és entrañable?

Otro gran acierto es que era tremendamente fácil identificarse con alguno de los personajes. El grupo de "aventureros" no eran más que unos chavalines que empiezan su viaje una tarde cualquiera con sus bicis por el pueblo, tal como hacíamos cientos de nosotros durante los veranos de nuestra infancia, a pesar de que a mí personalmente nunca me persiguió una banda de falsificadores ni me perdí por un laberinto de cuevas esquivando las trampas de los piratas. Menuda mierda de infancia.

Después de piratas, falsificadores, trampas mortales y tesoros, llegaba lo peor: La vuelta al cole

En fin, sobre la magnífica sensación de aventura que desprende la película y la acertadísima ambientación de piratas (los piratas SIEMPRE molan), poco hace falta decir, pues esta es una de las cintas que mejor definen el concepto de "cine de aventuras", casi casi al nivel de Indiana Jones. Bueno, o no. Esto último ha sido una sobrada.

Ah, otro tema curioso: Me enamoré de Cindy Lauper por su canción "Goonies 'R' good Enough", que es música ochentera 100%. Ahí va el video, atentos a las pintas de la peña.



Por cierto: os recomiendo la web de Drew Struzan (http://www.drewstruzan.com/), autor de cientos de carteles publicitarios para el cine, y responsable de alguna de las mejores portadas de la historia.



Los Goonies, "hoy en día". De los únicos que aún se sabe algo es de Sean Astin (Samsagaz Gamyi) y de Josh Brolin (Brand), que ha demostrado ser un magnífico actor, en pelis como "Planet Terror", "En el valle de Elah", "No es país para viejos" o "American Gangster"


El Muñeco Diabólico (Child's Play. 1988)

Llegamos a un punto de la lista que estaba esperando, ya que esta peli me toca muy de cerca a nivel personal. Vamos a ver:

Ya he comentado en algún momento que he sido (soy) muy aficionado al cine de terror. Por ello, puedo decir que estoy muy "curtido" en este sentido y se podrían contar con los dedos de una mano las veces que he sentido miedo viendo una peli en toda mi vida, y mira que me he tragado. Por ejemplo, como ya comenté, pasé bastante miedo con "El Exorcista", un poco menos con "El Resplandor", y alguna cosilla con la primera de "Pesadilla en Elm Street" (era muy jovencillo). Pero si alguna película me ha hecho sentir auténtico TERROR, sin duda ha sido "Muñeco Diabólico". No os riáis, joder que tengo un trauma terrible.

Me explico: esta peli recuerdo haberla visto con mi abuela una noche que mis padres no estaban, y como ella era la "abuela enrollada", me dejaba ver lo que quisiera y acostarme tarde. Yo tenía muchas ganas de verla porque por aquella época todo lo que fueran pelis de terror me llamaban mucho la atención, (por todo aquello de ser algo prohibido, y tal). Empezó la película, con el Brad Douriff huyendo del inspector por los grandes almacenes. Yo estaba tranquilo, pero de pronto me plantaron en primer plano al que para mí ha sido el mayor HIJOPUTA de la historia del cine: el muñeco "Chucky". Literalmente, me cagué de miedo.

Mirad esta imágen y decidme si acojona o no. Valiente cabrón. Encima tenía un sentido del humor retorcidísimo. Por cierto: ¡Qué currado estaba el muñequito de marras!

No sé qué tenía su rostro, pero algo había que me desasosegaba hasta un extremo impensable. Pero no quería confesar delante de mi abuela que estaba pasando miedo, así que decidí aguantar la peli hasta el final (eso si: me resitué estratégicamente en el sofá un poco más cerca de la buena mujer). A medida que avanzaba la película mi miedo se fue convirtiendo en pánico. Aunque parezca mentira, el director de esta cinta (Tom Holland) fue muy inteligente, creando unas situaciones de suspense magníficas, en las cuales ocurrían cosas extrañas cerca del muñeco sin que supieras si realmente él era el responsable. Recuerdo que por ejemplo, una escena me provocó un miedo terrible: aquella en la que el pequeño Andy está en la cama con Chucky y le pregunta: "Chucky, ¿por qué solo quieres hablar conmigo?" mientras la madre está escuchando detrás de la puerta. Pero el cabrón lo sabía, así que sólo contesta con lo de "Hola, me llamo Chucky. ¿quieres jugar?" Estremecedor.

Uno de los motivos por los que la peli daba tanto miedo es porque el antagonista es un niñito indefenso

Esa película me provocó pesadillas durante muchísimos años. Me explico: he tenido malos sueños muy variados, como todo el mundo, pero sólo en aquellos donde aparecía el muñequito en cuestión me despertaba con sudores fríos y la sensación de malestar que todos tenemos después de una pesadilla horrible. Para curarme de mi miedo, no se me ocurrió mejor manera que verme tropecientas veces la peli, hasta que le perdí el pánico y me empezó a gustar y todo. Hoy en día es una de mis películas de terror favoritas.

El momento en que la madre descubre que el muñeco lleva una semana funcionando ¡Sin pilas! Pocas veces me he pegado un susto mayor en una peli.

Aún hoy en día sueño de vez en cuando con Chucky, pero ahora la cosa ha cambiado. Como comprenderéis, con treinta años si se me presenta un muñequito de plástico con un cuchillo amenazándome lo primero que hago es meterle un patadón que lo mando a la china, por lo que ya le he perdido todo el respeto.


Mirad el magnífico trailer para entender a lo que me refiero

Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street. 1984-1994)

A mediados de los ochenta, en el género del terror se afianzó con fuerza un sub-género llamado "Slasher". Ya sabéis, asesino psicópata, "adolescentes" borderlines con ganas de juerga y sexo, casquería fina, etc. Podríamos decir que la moda empezó con la magnífica "La noche de Halloween", de John Carpenter y su enigmático Michale Myers y se instauró con otras sagas no menos famosas como "Viernes 13" (con el burrísimo Jason Voorhes), "Maniac Cop" o la que nos ocupa, "Pesadilla en Elm Street" con el carismático Freddy Krueger.

Las pautas en este tipo de pelis siempre eran las mismas: los chavalines se enfrentan a un misterioso asesino en serie, cometen tonterías como separarse para investigar cuando deberían ir en grupo, los que follan son los primeros en morir, etc. Los psichokillers también estaban cortados casi siempre por el mismo patrón: normalmente eran una fuerza imparable, prácticamente inmortal, no tenían diálogos y se limitaban a destrozar de la forma más creativa posible a la chavalada. Los adolescentes de esa época adorábamos este tipo de pelis, por su capacidad de reírse de sí mismas (no podías más que tomártelas a cachondeo). De hecho, la magnífica "Scream" se reía de todos estos tópicos.

La famosa escena de la bañera. Freddy cumpliendo los sueños de los espectadores.

Sin embargo, en 1984 un señorito llamado Wes Craven decidió llevar a cabo una idea que le rondaba por la cabeza y que, según dicen, le había surgido tras leer un caso real de un chico que murió mientras dormía. La idea de un asesino psicópata que se dedica a matar niños en un pueblecito, es ajusticiado por los padres de los mismos y regresa como espíritu de los sueños para matar a los hijos de sus verdugos mientras duermen era tan atractiva y a la vez aterradora que aquello sólo podía ser un éxito. Y lo fue, vaya si lo fue.

Johnny Depp en la primera de pesadilla. (Es el que muere en el surtidor de sangre). Todos tenemos un pasadooooo

El director convirtió al asesino Freddy Krueger en todo un icono de los 80 porque tuvo vista al crear su personalidad. Psicológicamente, era un sádico retorcido con muchísimo sentido del humor (macabro, pero sentido del humor al fin y al cabo). Visualmente le otorgó unas características únicas que permitían identificar al personaje tan sólo viendo su silueta (como Indiana Jones): la piel quemada, el sombrero y traje a rayas y, sobre todo, el original guante con cuchillas. Artísticamente, como todos los asesinatos ocurrían en sueños, los directores de la saga tenían carta blanca para experimentar con todas las imágenes fantásticas y oníricas que les diera la gana, y esa fue una de las claves del éxito.

Robert Englund, literalmente tomándose a cachondeo el personaje

Freddy Krueger acabó convirtiéndose en todo un icono para nosotros. A medida que avanzaba la saga aquello era más puro videoclip gore que cine de terror, y abundaba el merchandising. Recuerdo haber visto en el cole carpetas forradas con la cara de pasa de Robert Englund, chapas con las portadas de las pelis, etc. Otro acierto de los creadores fue orientarla totalmente al público adolescente (a excepción de la primera), hambriento de emociones fuertes y de fantasía oscura.

Freddy, en una pose FORZADÍSIMA para molarlo más que nadie en el mundo mundial

Con siete entregas, (ocho si contamos la divertidísima Freddy vs. Jason), la saga ha tenido altibajos. Mis favoritas son, por supuesto, la primera (que sí es cine de terror), y la cuarta. No, la tercera no me pareció para tanto, a excepción del personaje friki-rolero que en sueños es un mago de nivel 3 (bueno: 2).

Ah, por cierto: no hemos hablado de la banda sonora. La primera aún tenía algo de seriedad, pero a medida que avanzaba la saga, la música fue ajustándose a los gustos de la muchachada de la época. Empezando por power-metalero y acabando por un hip-hop light que ni el príncipe de Bel-Air.



Cómo crear un icono: vístelo de abeja maya, ponle el sombrero de tu tío Cosme, estámpale una pizza en la cara y que no se haga la manicura en diez años.

Os dejo con un video bastante chulo que he encontrado por el tutubo con imágenes de toda la saga. Merece la pena.


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